miércoles, 2 de abril de 2008

Viento sur


Siempre me ha llamado la atención las plaquitas que se ven en las puertas del Paseo Pereda: con viento sur, entrada por General Mola (la calle de atrás). No pasaba de ser una mera curiosidad hasta que tuve que entrar en uno de los portales un día de sur. ¡Pedazo vuelta! Efectivamente, tienes que entrar por la otra puerta.

Y no sé... vivir en una ciudad en la que, según el viento que sople, puedes entrar o debes darte un paseo no puede ser sano. Con todo, tiene cierto encanto poético.

6 comentarios:

MAHOG dijo...

me gusta vivir en una ciudad a merced del viento, como los barcos, como los pájaros, como las cometas, las veletas o las bolsas vacías abandonadas en los aparcamientos de los grandes centros comerciales.

Bardamu dijo...

Precioso pensamiento. No te falta razón. Podríamos conceder a Santander el título de Ciudad a Merced del Viento.
Gracias

Cafeína dijo...

A merced del viento nos movemos nosotros, aunque no nos demos cuenta. Si hace mucho; evitamos salir a la calle pq es molesto, pero ¿quién no sucumbe a la dulce brisa de un atardecer?

Anónimo dijo...

El sur tiene su música, su algarabía. Con su voz tapona los portales, te susurra las calles en la sombra.

Bardamu dijo...

Sí, tiene su propio ritmo y,más que susurrarte, te empuja hacia ciertas calles.
Me quedo, de todos modos, con lo que me dijo un amigo: el sur acaricia la mar a contrapelo.

Carlos J. Galán dijo...

Fantástico... Conozco muy poco Santander, pero claro que tiene su encanto algo así, sin duda. Las ciudades -aunque a veces tengan algo de caóticas, es inevitable- están sin embargo en apariencia encauzadas, programadas y fríamente señalizadas, todo muy funcional. A mí me parece una delicia leer algo así: que con viento sur entres por otro lado.