Cada noche deja un recuerdo distinto, aunque siempre hay alguna que no deja huella; los jueves pueden traerte lo inesperado, lo más dulce, y ayer fue un cocktail chispeante. Pero, de todo lo que podría contar, me quedo con dos personas: el primero, nuestro Héroe, uno de los pocos que aun puede ser calificado como un hombre sin que el término desmerezca. Galán de cine en blanco y negro, con su aire inocente y tierno, no hubo opción de encontrarle a solas: en la entrada de un concierto, esperando en la barra de un bar, a la hora del adiós, siempre había una mujer con ganas de acercarse a él y tomar algo. Sé a qué hora le dejamos. Desconozco cuando llegó a casa, a qué casa, ni con quién. Luego confiesa ser agnóstico, ahora que todos creemos en él.
La segunda, nuestra Felina, con su aire trágico y elegante. Imposible que entre a un bar sin que todos los ojos se acaben posando en ella. Siempre leal, llega cuando la necesitas y se va cuando cuando empiezas a quererla, pero nunca te abandona. Si lee esto, sé que me arañará porque no la dedico un comentario en exclusiva. Cariño: lo hago para que no esteis solos.
La noche se acaba cuando las estrellas dejan de brillar; como las nuestras están siempre en lo alto, tuve que abandonar cuando me venció el sueño y mi cuerpo me recordó que hoy había que trabajar. Una pena, porque a veces nuestro mayor tesoro es el ocio y la despreocupación.
4 comentarios:
El cuerpo es lo que tiene. Aunque a veces hay que hacerle caso, que de vez en cuando tiene razón y es mejor largarse antes de que todo decaiga y quede un regusto amargo -experiencias-.
Mola la foto. Llevo dos semanas acercándome a sitios con mar y, ahora aquí en el interior, ya lo echo de menos.
Creer puede no tener sentido pero querer... querer solo lo hacen los dioses.
Un abrazo amigo.
Eso de que se vayan cuando empiezas a quererla me empieza a sonar, por desgracia.
Los jueves tienen algo mágico.
Chico Gris:Sí, es mejor hacer caso al cuerpo. Y gracias, pero debo aclarar que la foto no es mía (aunque tampoco sé quien la hizo). Me alegro de que te guste esta bahía después de haber visitado tantos lugares hermosos.
Edo: te queremos aun siendo humanos.
Doctor: En el fondo vas a resultar terrorificamente romántico; nos quedaremos con la magia del jueves.
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