Tenía cuatro o cinco años. Aquel domingo, mi padre prometió llevarnos a desayunar al Aliva. Mi hermana y yo estábamos espectantes desde hacía días y esa noche apenas dormimos. Madrugamos para llegar a primera hora, nos vistió y nos dimos el soñado atracón de chocolate con churros. Al regresar a casa nos volvimos a la cama y cuando despertamos a mediodia no sabiamos si lo habíamos soñado o si sucedió realmente.
Han pasado muchos años desde entonces. Tuve grandes planes de futuro. Incluso empecé varios caminos para llegar a alcanzarlos. Héroe, supongo que te acuerdas de esa época, porque algunos los iniciamos juntos. Ahora, cuando me encuentro con viejos papeles y cintas con grabaciones entremezcladas me parecen hechas por otra persona, soñadas igual que el chocolate con churros de aquella mañana de 1984.
Ahora la pregunta es si el futuro no ha llegado o si ya pasó. Ahora te toca a tí, Héroe.Los Ramones van de mi cuenta.
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5 comentarios:
El problema, maestro, es que se me está olvidando todo lo referente a esa época. Lo cierto, abogado, es que luchar no se me ha olvidado todavía. Perfecta la historia, como no podía ser menos. Y ahora me voy a escribir al mío... por vergüenza torera. Un abrazo, niño... y gracias por acordarte de mí, a pesar de que no deba darlas.
hay sensaciones compartidas en este escrito.
Joder, yo ya he pasado tres o cuatro veces por el lugar donde enterré mis planes de futuro. Un saludo.
Canichu: cuanto tiempo... mira, es un buen tema de conversación para disfrutar mientras tomamos unas copas
Hola Doc, cuidado con el futuro que a veces reaparece como un zombi
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