jueves, 17 de julio de 2008

A por ellos

Por fin el verano, vacaciones, playas, y otras batallas. Me lanzo al abordaje de nuevas aventuras

jueves, 10 de julio de 2008

Abisinias


Contaba Sir Richard Burton con ocasión de su viaje a través de las Montañas de la Luna, que las mujeres abisinias tenían la piel siempre fresca, lo que constituía un placer añadido en esos climas tan calurosos. Desde luego, es un buen remedio para estas noches de verano.

sábado, 5 de julio de 2008

Noches tan suaves


Decía Napoleón que nadie puede ser un héroe para su mayordomo, o algo así. De igual manera, los ídolos se pueden caer cuando los ves a diario. Si todos los días tomase el café con, por ejemplo, Prince, dejaría de resultarme un tipo extraordinario. Fijo. Pero en ocasiones, conocerlos puede dar pie a lo contrario.

Todo esto viene a cuento por la interminable y dulce noche del jueves (quien dijo que lo bueno, breve, mentía como un bellaco). Después del concierto de Vetusta Morla, en el que parece que estuvo toda Santander -o toda la que conozco- fuimos enlazando bares y música en directo por toda la calle del Carmen. A última hora, Quique Gonzalez se lanzó a tocar unos temas en el sorprendetemente afinado del Rubicón. Mientras una mesa de niñatos dedicó a quedarse con él como si fuese un decadente más, nos dedicó su Pequeño Rocanrol.

No me entusiasma mucho este hombre, reconozco que a sus conciertos les falta un poco de marcha para mí. Pero sólo al piano, sin micro, sonaba formidable. Y eso sólo lo pueden hacer unos pocos. Además, su amabilidad y trato exquisito le ha hecho merecedor de todo mi respeto y admiración.

Lo mismo me pasa con grupos de aquí, como Estereotypo, Hermosos Vencidos, Marcos Bárcena, Ídolos del Extrarradio, y tantos otros, cuya grandeza sólo se ve empañada porque son vecinos.

Al final, terminamos la noche como la empezamos: con Vetusta Morla, que buscaban desesperadamente bares abiertos a donde ir.

Una espiral perfecta.